La Bultaco Sherpa no fue solo una moto. Fue una revolución sobre dos ruedas que cambió para siempre la historia del trial. Nació de una visión compartida entre un genio británico del manillar y una marca española dispuesta a romper moldes. El resultado fue una máquina ligera, precisa y carismática, que no solo dominó las montañas, sino también los corazones de miles de pilotos.
Sammy Miller: el arquitecto del cambio
En 1964, el mítico piloto británico Sammy Miller, cansado de las pesadas y torpes trialeras británicas, buscaba una moto más ágil y moderna. Fue entonces cuando cruzó caminos con Bultaco, y en solo 12 días, junto a los ingenieros de la fábrica catalana, nació el primer prototipo de la Sherpa T.
Con esa moto, Sammy Miller ganó su primer trial nada más estrenarla. Aquello fue solo el principio. Durante años, con su elegante estilo de pilotaje y su enfoque técnico, Sammy Miller demostró al mundo que el trial podía ser algo más que fuerza bruta: podía ser arte, equilibrio y estrategia.
Gracias a él, Bultaco no solo conquistó el Reino Unido, también colocó a España en el mapa del trial mundial.
La gloriosa Bultaco Sherpa T
La Bultaco Sherpa T era revolucionaria para su época y constaba de varias mejoras, pero las más notables eran:
·Motor monocilíndrico 2 tiempos, con un carácter suave pero con par a bajas vueltas
·Peso inferior a 90 kg, una pluma en comparación con sus rivales
·Chasis estrecho, perfecto para giros cerrados
·Suspensión eficaz, que mejoraba el agarre en terrenos complicados
Su evolución fue constante, pasando por modelos como la Sherpa T 49, Sherpa T 80, Sherpa T 91, Sherpa T 125, Sherpa T 250, Sherpa T 325, Sherpa T 199A y 199B. Cada una más refinada, pero sin perder el alma original: dominar el terreno sin luchar contra la moto.
Manuel Soler: el arte del trial español
Si Sammy Miller fue el creador, Manuel Soler fue el heredero que demostró que los españoles también podían reinar en el trial. Por su juventud y carisma, fue el primer piloto español en ganar una prueba del Campeonato del Mundo de Trial, y lo hizo, cómo no, con una Sherpa entre las piernas.
Soler no solo fue un piloto de resultados. Fue un artista del equilibrio, un referente que inspiró a generaciones de jóvenes. Con su estilo elegante y su conexión total con la moto, llevó la Sherpa al límite y más allá.